La Marsellesa silenció al Haka

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El sábado 6 de octubre se jugó el que quizás haya sido el partido de rugby más emotivo del año, por un lado el local y ex favorito (después de la derrota ante los pumas) Francia o Le Coqs, por el otro las montañas negras del hemisferio sur Nueva Zelanda o más conocidos como los All Blacks, se enfrentaban 3 semanas antes de lo esperado, ya que hasta no hace mucho esta era la final soñada del mundial, hasta que los pumas hicieron de las suyas.



La Marsellesa cantada a capella fue el tributo de miles de hinchas galos que aún creían que su equipo podía continuar con vida en el mundial, para no ser menos los jugadores galos se plantaron a menos de un metro del los All Blacks mientras estos ejecutaban el Haka, ese grito de guerra que hace temblar al más envalentonado de los hombres, es que los All Blacks no ganan sólo porque son el mejor equipo del mundo, sino que también hacen pesar ese misticismo que se ha creado entorno a ellos.



En el primer tiempo parecía que el Haka se imponía por sobre la Marsellesa, los All Blacks aplastaban por 10 a 0 a los galos y estos no encontraba respuestas, finalmente el periodo acabaría 13 a 3, dejando la impresión de que en el segundo los All Blacks completarían la tarea. Pero sucedió lo increíble, primero la expulsión de Luke McAlister y las lesiones de Jerry Collins, Dan Carter, Nick Evans y Byron Kelleher, lograron lo que parecía imposible, ver derrotados a los All Blacks. Al final el marcador termino 18 a 20 con un pueblo que volvió a creer en su selección y otro que comienza a dudar de la supuesta invulnerabilidad del suyo. Al final del día la Marsellesa silenció al Haka.